La Republica - ¡Celebremos la vida de la Madre Tierra! Juan Almendarez Bonilla

¡Celebremos la vida de la Madre Tierra!Juan Almendarez BonillaEl 22 de abril se conmemora el día Mundial

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¡Celebremos la vida de la Madre Tierra!

Juan Almendarez Bonilla

El 22 de abril se conmemora el día Mundial de la Tierra. Para nosotros es más importante la vida que conmemorar una estructura geofísica.  La evolución del planeta está definida por la vida en todas sus formas, desde los microorganismos hasta los seres humanos. Nuestra conducta hacia la biosfera, ha sido marcada por la destrucción y falta de bioética y amor solidario, resultando en relaciones históricas de dominio y explotación entre los seres humanos y hacia la Madre Tierra.

La biosfera es la capa de la Tierra donde la vida existe, y el período en el que las acciones humanas han transformado la vida del planeta se conoce como el Antropoceno que comienza en 1950. Paul Crutzen lo ha nombrado así por la huella digital de las pruebas nucleares encontradas el lago Crawford de Canadá, cercano a una ciudad industrial. Algunos autores lo llaman el Capitaloceno, y en este contexto, lo denominamos el Imperioceno debido al impacto del imperio. 

La violación del principio bioético ha llevado a un aumento en la producción de gases de efecto invernadero, como el CO2 y el metano, resultando en el calentamiento global. Este fenómeno provoca cambios climáticos extremos, como olas de calor, incendios forestales y huracanes más intensos. Además, el aumento de estos gases contribuye a la elevación del nivel del mar y a la acidificación de las aguas, generando consecuencias desastrosas para el medio ambiente. Estos cambios climáticos representan un verdadero colapso civilizatorio, del cual las grandes potencias económicas y militares son responsables.

La producción y uso del petróleo y sus derivados son factores principales que contribuyen al cambio climático. Esta industria está vinculada a la fabricación mundial de más de 85 millones de automóviles en el 2022, aumentando un 6% respecto al año anterior y no exime la supuesta producción ecológica de vehículos eléctricos, que también requieren minerales contaminantes como el níquel, litio, cobalto, el grafito y otros.  El abuso del petróleo también se refleja en la industria farmacéutica, los agrotóxicos y su uso en la fabricación de armas, incluido el transporte de bombas atómicas.

Los gastos militares afectan el cambio climático. Las grandes potencias, asignan una cantidad mayor de recursos al gasto militar que a la financiación para el clima, sin cumplir los principios jurídicas. Estados Unidos, China y Rusia, están entre los principales países que más gastan en fuerzas armadas a nivel mundial.  CEOBS y SGR colocan a la huella de carbono anual generada por el gasto militar en 205 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente para los Estados Unidos y 11 millones de toneladas para el Reino Unido, y Francia representa un tercio de las 24,8 millones de toneladas generadas por la Unión Europea.

Blanca Rubio en su libro El Dominio del Hambre plantea que el sistema de importaciones es controlado por el Tío Sam puesto que impone tratados comerciales que nuestros países están obligados a seguir, tales como la compra de alimentos a un precio más bajo que lo  que venden nuestros campesinos, dado que subsidian a los campesino de Estados Unidos y a las grandes empresas agrícolas, haciendo fracasar las pequeñas empresas campesinas de nuestra América.


A la vez imponen la importancia de plaguicidas transgénicos y agrotóxicos.  Siendo así que al empobrecerse generan migración del campo a la ciudad, y a ser despojados de sus tierras por las mismas empresas transnacionales y se ven obligados a migrar como mano de obra barata hacia EEUU, tal como ocurre en Honduras.

Por otra parte, el Banco Mundial solo apoya las empresas que están ligadas a los negocios transnacionales y no apoya a los campesinos pobres. En adición, se producen a nivel del campo otros negocios que no corresponden a la cultura campesina tales como las maquilas, por eso el campesino cambia su actividad económica, incrementándose el consumo de licor, los centros de prostitución y el desalojo de tierras por los guardias privados de las transnacionales.

El ejemplo típico es lo que ocurre también con dos modelos: el enclave bananero y el enclave minero. Que no solamente han creado el monocultivo, destruyendo la biodiversidad y generando la destrucción monstruosa de los bosques, los cerros y las fuentes de agua, también han envenenado de metales pesados e inundado de plástico los ríos y sobre todo los intestinos de los peces y los seres humanos, destruyendo la fauna, el paisaje y creando la miseria y la multienfermedad.

Los monocultivos de caña de azúcar y la utilización de algunos agrotóxicos han producido severos daños a la salud. Particularmente se ha descrito la enfermedad renal centroamericana como “sin causa conocida”. Sin embargo, para nosotros es una consecuencia de la radiación solar intensa, la deshidratación, la alimentación deficiente y el estrés producido el que condiciona la enfermedad renal unidos todos directamente a los efectos del plaguicida glifosato fabricado por la Monsanto, ahora casa Bayer que ha recibido centenares de demandas en Estados Unidos y ha sido multado con valores que llegan a 200 millones de dólares  por responsabilizarlos en daños a la salud y al ambiente.

En El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Honduras se ha observado la alta frecuencia de insuficiencia renal en trabajadores del campo que manejan dicho tóxico. Sin embargo esta empresa tan poderosa es apoyada por los intereses capitalistas delos tratados internacionales. La actual ministra de salud Dra. Karla Paredes y el Exministro Dr. Matheu enfrentaron los interés privados que manejan las empresas de hemodiálisis cuando en realidad esos gastos deberían pagarlos la Monsanto/Bayer que está ubicada en las proximidades de la Escuela Agrícola del Zamorano. 

La enfermedad renal y la multienfermedad que causan estas políticas injustas reflejan que la vida de la Madre Tierra se genera por los intereses del capitaloceno e imperioceno.

La bioética nos obliga a unir esfuerzos que sean anticapitalistas y antiimperialistas porque están destruyendo a la Madre Tierra son los que generan las migraciones, envenenan el alma y el espíritu y los cuerpos de todos los seres humanos y también de los seres vivos, necesitamos desarrollar un humanismo biosimbiótico con el amor solidario a una vida comunitaria con la madre tierra cuya base sea el amor y la paz mundial.

Expreso mi agradecimiento a la Dra. Sandra Pinel, a la Arq. Alejandra Padilla y a la comunicadora social y luchadora contra el impacto del plástico en la vida hondureña Silvia Sosa.




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